El secreto está en la fibra. Existen dos tipos de fibra que pueden estar en los distintos alimentos que consumimos: fibra soluble y fibra insoluble, y ambas están presentes en el Kiwi Atlántico realizando dos funciones distintas pero muy complementarias.
La fibra soluble contribuye a ablandar las heces y facilitar el tránsito intestinal, y la fibra insoluble incrementa el volumen de las heces facilitando su desplazamiento por el intestino. Esto convierte al Kiwi Atlántico en un gran aliado contra el estreñimiento y en un factor de gran valor para nuestro bienestar digestivo. Con su consumo podremos sentirnos menos hinchados, mejorar nuestras digestiones y facilitar nuestro tránsito intestinal.
Pero los beneficios no se quedan ahí. La fibra del Kiwi Atlántico también puede disminuir la respuesta glucémica al reducir la tasa de absorción de la glucosa en la parte superior del tracto intestinal.
¿Qué significa esto? Que puede ayudarnos a mantener estables los niveles de azúcar. Este hecho, unido con la capacidad de la fibra del kiwi para almacenar agua, puede ser un factor de gran importancia para aquellas personas que busquen conseguir o mantener un peso saludable. Con la expansión de la fibra del kiwi al absorber agua, aumenta nuestra sensación de saciedad después de la comida, por lo que no requeriremos consumir mucha cantidad de alimento para sentirnos llenos.