Afrontar cada día con energía y positivismo no es tarea fácil. El trabajo, los estudios, las preocupaciones en general, nos generan situaciones de estrés que a veces nos impiden sentirnos bien. Empezar la jornada con un buen desayuno es muy importante, un estado nutricional saludable contribuirá a mejorar nuestro equilibrio físico y emocional. Tomar un kiwi todas las mañanas con su aporte extra de vitaminas y minerales te ayuda por dentro y por fuera. Además, realizar ejercicio físico y mantenernos activos nos ayudará a gestionar el estrés más fácilmente.
Adapta el ejercicio a tu rutina, empieza poco a poco, y sobre todo no lo dejes. No hace falta ni siquiera apuntarse a un gimnasio, hay algunos ejercicios que puedes practicar diariamente y que contribuyen a aliviar el estrés.
Elimina la tensión del cuello
La tensión muscular provocada por el estrés se concentra de manera especial en cuello y hombros. El cuello tensionado, además de rigidez y limitación de movimientos, puede ocasionar dolores de cabeza. Elimina estos síntomas con la práctica de una rutina de ejercicios sencilla.
Técnicas
- Sentado y en posición cómoda, flexiona el cuello hacia adelante llevando la barbilla hacia el pecho, notando el estiramiento de la parte posterior del cuello. Mantén la postura unos segundos sin forzar.
- Con la cabeza ligeramente flexionada hacia adelante, mueve ligeramente la cabeza a los lados, suavemente, buscando relajar el cuello.
- Con la cabeza recta, tira hacia arriba como si colgara de un hilo del techo, siente como si crecieras, sin dejar que tu cuello vaya hacia atrás.
- Por último, lleva la oreja hacia el hombro lenta y suavemente, de los dos lados, sin mover el resto del cuerpo.
Cuida los hombros
Otra de las zonas donde se produce mayor tensión cuando estamos ante situaciones de ansiedad o estrés, son los hombros. Lo bueno de estos ejercicios es que los puedes realizar en cualquier momento del día, incluso en tu puesto de trabajo.
Técnicas
- Sube y baja los hombros, varias veces.
- Mueve los hombros hacia atrás realizando un círculo amplio. Repite varias veces el movimiento. Después, gira en sentido contrario.
Relaja espalda y brazos
Los trabajos que requieren estar mucho tiempo sentado inciden negativamente en la espalda, cuando además se acumula tensión por estrés, el dolor empeora limitando tus movimientos.
Técnicas
- Este ejercicio lo puedes realizar sentado o de pie. Relaja el cuerpo y flexiona la espalda hacia delante. En esta postura, con la cabeza y cuello totalmente relajados balanceate de un lado a otro, de forma suave, hasta notar alivio, sube despacio.
- Sentado, extiende tus brazos hacia adelante, entrelaza los dedos y gira las palmas de las manos notando el estiramiento en la espalda.
- Curva la parte superior de la espalda y luego al contrario saca el pecho, movilizando de esta manera la parte superior de la espalda. Estos ejercicios los puedes repetir varias veces, también sentado.
Controla la respiración
El autocontrol mediante la respiración es de gran ayuda en momentos de ansiedad generada por el estrés. Cuando la respiración es agitada, se oxigena mal y aumenta la tensión en todo el cuerpo, por eso es tan importante tener interiorizada la práctica de este ejercicio. El hábito diario de técnicas de respiración te ayuda en momentos de ansiedad, pero también te permite conciliar el sueño, o mejorar la concentración.
Técnica del 4-7-8:
- Sentado y con la columna recta o en una postura en la que estés cómodo, coloca tu mano sobre el abdomen para notar la respiración. Inhala durante 4 segundos. Aguanta la respiración durante 7 segundos y a continuación exhala durante 8 segundos hasta vaciar por completo tus pulmones. Recuerda practicar esta técnica varias veces a lo largo del día.