Por fin llega la noche más corta, mágica y ardiente del año: ya es San Juan. Y si hay algo más típico que las hogueras, son las sardinas. Y, como no podía ser de otra manera, vamos a daros una idea para ponerle un twist a las sardinas tanto en la noche de San Juan como cualquier otro día que hagáis sardinas a la brasa en toda su temporada.

La noche de San Juan

La noche de San Juan está cargada de todas las antiguas tradiciones y fiestas paganas. La bienvenida al verano se celebra en prácticamente todas las culturas del mundo. Los solsticios son momentos del año que en toda la humanidad han tenido un significado simbólico y han sido celebradas como momentos de transición . En este sentido, el fuego tiene un uso no solamente visual y decorativo, sino que sirve para purificar y destruir lo malo o lo que ya no sirve e iluminar a lo nuevo que está llegando. 

El cristianismo hizo coincidir esta fecha con un evento bíblico: el nacimiento de San Juan Bautista, en un afán de santificar las tradiciones paganas asimilándolas a la cultura cristiana.

La tradición de comer sardinas en esta noche está documentada desde el Medievo en las zonas costeras en las que, en esta época del año, este pescado azul está en el apogeo de su temporada.

Sardinas a la brasa con puré de kiwi

Esta receta tiene un toquecito asiático, es facilísima y sorprendentemente resultona. El sabor a la parrilla de un pescado como es la sardina se complementa y equilibra perfectamente con este acompañante que te traemos hoy.

Puré de kiwi para sardinas a la brasa

• 30 gr de kiwi
• 50 ml de sake
• 1 limón

Tritura el kiwi sin piel con un robot de cocina y pásalo por un chino para eliminar las semillas. Exprime el limón y añade el sake al puré. Mézclalo bien y listo.

Antes de poner tus sardinas en la parrilla úntalas bien con nuestra mezcla y ásalas hasta que estén al punto.

¡Vas a alucinar con lo sabrosísima que está la costrita que hace el pescado con este puré!

Y, además de ser una receta súper sencilla y súper buena, tiene como añadido que puedes llevártela en un pequeño tupper a donde quiera que vayas a hacer tu sardinada.

Ya nos contaréis, pero os aseguramos que esta receta no falla.